El rigor
Debido a que constituye un momento importante y a veces preocupante para los futuros propietarios, el arquitecto prepara el sitio de manera metódica y rigurosa. Su misión es organizar la intervención de los distintos oficios y velar por que respeten cuidadosamente las reglas del arte y la ejecución de los servicios a los que se han comprometido.
Sabe explicarte las diferentes fases de la obra. Interviene periódicamente ante las empresas para verificar la conformidad de la ejecución de las obras, dirige reuniones de obra, cuyas actas distribuye a todos los participantes.
Cada mes revisa las facturas de las empresas para comprobar si el pago que te solicitan se corresponde realmente con el trabajo realizado.
Al finalizar el proyecto, revisa todos los servicios y exige a las empresas ultimar los detalles finales.
Luego, con la ayuda de su arquitecto, podrá recibir la obra y emprender su proyecto con total tranquilidad.
A continuación, el arquitecto establece el informe general final y el expediente de las obras ejecutadas.